En contra de los deseos de Eva, su madre quiere reformar la casa y deshacerse del gato, que, desorientado desde el divorcio, orina por todas partes. Eva quiere irse a vivir con su padre, quien, desorientado como el gato, vive una segunda adolescencia.
En contra de los deseos de Eva, su madre quiere reformar la casa y deshacerse del gato, que, desorientado desde el divorcio, orina por todas partes. Eva quiere irse a vivir con su padre, quien, desorientado como el gato, vive una segunda adolescencia.
Duración: 101 min
Clasificación: (PG-13)
Género: Drama
Idioma: Español
Subtítulos: Español|English
País: Costa Rica, Francia, Bélgica
Proyección(es): N/A
Director(es): Valentina Maurel
Productor(es):Felipe Cordero, Grégoire Debailly,
Valentina Maurel, Benoit Roland
Guionista (s):Valentina Maurel
Reparto: Daniela Marín Navarro, Reinaldo Amien, Vivian Rodriguez, José Pablo Segreda Johanning
Director de Fotografía: Nicolas Wong
Editor(s): Bertrand Conard
Sonido: Corinne Dubien, David Branke
Me inspiré mucho de personas que conozco para todos los personajes. Aunque la película no es realmente autobiográfica si hay cosas de mi propio padre, o de mis tíos, en el personaje de Martin. Vengo de una familia de artistas en la que hay personas geniales que tienen a la vez una faceta muy violenta. Quería lograr representar esa paradoja. ¿Cómo alguien tan apegado a la vida puede estar atravesado por impulsos tan dañinos? ¿Cómo hablar de la violencia desde esa complejidad, sin quedarse en la superficie de idealizar o condenar? Creo que las herencias son siempre a la vez una bendición y una condena. Y las pulsiones de vida y las pulsiones de muerte están también vinculadas. No es una fatalidad de la que uno no puede escapar, pero hay quienes necesitan ir a lo oscuro para luego mejor sentir la luz. Y siento que Martin (El padre) es un personaje así, y Eva (Su hija) está fascinada por esa contradicción. Pero eventualmente deja de ser fascinante cuando entiende que genera sufrimiento.
El filme representa mucho la adolescencia como ese lugar frágil, inestable, que precede a la madurez. Hay una cosa muy lineal en el género coming of age a veces, que siento que no se parece a la vida. Yo creo que los adolescentes se incomodan porque saben algo sobre nosotros los adultos, su mirada nos desnuda y nos perturba. Ellos se atreven a cuestionar el funcionamiento del mundo, quieren acceder a verdades absolutas. Tienen aspiraciones que los adultos ya abandonamos, y ellos nos las recuerdan. Y frente a ellos, los adultos sentimos el peso de las promesas que alguna vez nos hicimos a nosotros mismos, y que no cumplimos.
Intenté no entrar en consideraciones psicológicas muy precisas. Para el espectador sería quizás más cómodo poder entender de dónde viene la violencia de Martin, pero preferí pensar la violencia como algo que está ahí, y somos testigos de ella como lo somos en la vida real, sin entender de dónde viene, sin estar listos para enfrentarla.
Con los actores trabajé como se manifiesta a nivel físico, es decir cómo puede irrumpir de un segundo a otro, en una escalada imprevisible, como da un sentimiento de superpoder, de adrenalina adictiva. Pero cómo agota también un cuerpo después de haberlo atravesado. Como deja vacíos a los que la sufrieron como a los que la ejercieron.
También me interesó la forma en que la violencia en las familias es a veces un lenguaje, así como lo es el afecto. Es aprendida desde la intimidad, es lo que es familiar, lo que uno conoce. Y por eso es tan difícil hablar de ella, separarla de lo que uno es. Preferí escribir desde allí porque la psicología da una distancia cómoda, con la que uno no siempre puede contar en la vida.
Me inspiré mucho de personas que conozco para todos los personajes. Aunque la película no es realmente autobiográfica si hay cosas de mi propio padre, o de mis tíos, en el personaje de Martin. Vengo de una familia de artistas en la que hay personas geniales que tienen a la vez una faceta muy violenta. Quería lograr representar esa paradoja. ¿Cómo alguien tan apegado a la vida puede estar atravesado por impulsos tan dañinos? ¿Cómo hablar de la violencia desde esa complejidad, sin quedarse en la superficie de idealizar o condenar? Creo que las herencias son siempre a la vez una bendición y una condena. Y las pulsiones de vida y las pulsiones de muerte están también vinculadas. No es una fatalidad de la que uno no puede escapar, pero hay quienes necesitan ir a lo oscuro para luego mejor sentir la luz. Y siento que Martin (El padre) es un personaje así, y Eva (Su hija) está fascinada por esa contradicción. Pero eventualmente deja de ser fascinante cuando entiende que genera sufrimiento.
El filme representa mucho la adolescencia como ese lugar frágil, inestable, que precede a la madurez. Hay una cosa muy lineal en el género coming of age a veces, que siento que no se parece a la vida. Yo creo que los adolescentes se incomodan porque saben algo sobre nosotros los adultos, su mirada nos desnuda y nos perturba. Ellos se atreven a cuestionar el funcionamiento del mundo, quieren acceder a verdades absolutas. Tienen aspiraciones que los adultos ya abandonamos, y ellos nos las recuerdan. Y frente a ellos, los adultos sentimos el peso de las promesas que alguna vez nos hicimos a nosotros mismos, y que no cumplimos.
Intenté no entrar en consideraciones psicológicas muy precisas. Para el espectador sería quizás más cómodo poder entender de dónde viene la violencia de Martin, pero preferí pensar la violencia como algo que está ahí, y somos testigos de ella como lo somos en la vida real, sin entender de dónde viene, sin estar listos para enfrentarla.
Con los actores trabajé como se manifiesta a nivel físico, es decir cómo puede irrumpir de un segundo a otro, en una escalada imprevisible, como da un sentimiento de superpoder, de adrenalina adictiva. Pero cómo agota también un cuerpo después de haberlo atravesado. Como deja vacíos a los que la sufrieron como a los que la ejercieron.
También me interesó la forma en que la violencia en las familias es a veces un lenguaje, así como lo es el afecto. Es aprendida desde la intimidad, es lo que es familiar, lo que uno conoce. Y por eso es tan difícil hablar de ella, separarla de lo que uno es. Preferí escribir desde allí porque la psicología da una distancia cómoda, con la que uno no siempre puede contar en la vida.
2022: Festival de San Sebastián: Premio Horizontes (Mejor película latinoamericana)
2022: Festival de Locarno: Mejor dirección, actriz y actor
2022: Festival de Mar del Plata: Selección oficial competencia iberoamericana
Valentina Maurel es una cineasta franco-costarricense. Graduada de un máster en dirección de cine en el Insas, su película de graduación Paul est là ganó el Primer Premio de la Cinefondation en el Festival de Cannes de 2017. Su segundo cortometraje Lucía en el limbo, fue seleccionado en la Semana de la Crítica de Cannes en 2019 y en el TIFF y recibió el primer premio en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato en la Ciudad de México.
Cortometrajes:
Paul est lá (2017)
Lucía en el limbo (2019)
Largometrajes:
Tengo sueños eléctricos (2022)