Homenaje a Pericles Mejia

Pericles estaba siempre dispuesto a todo y siempre fue Pericles. Un verdadero personaje entrañable que fue capaz de asumir diversos roles: actor, director, productor, guionista, editor, hasta extra o ayudante en lo que fuera. A fin de cuentas el resultado es todo cine.  No es de extrañar si de joven fue rockero, trotamundos, emprendedor, luchador contra obstáculos imposibles, seductor, enamorado de la vida pero fumador  y sobre todo rebosante de positividad. Tenía un don especial,  que no tenía la necesidad de especificar. Humano, con errores y defectos. El Pericles Mejia (PM para los que me entienden)  siempre triunfaba.  No temía asumir retos. Más allá del bien y del mal.  Siempre sabía que iba a agradar o quizás no. Nada importa.  El espíritu indomable para manejar las situaciones más difíciles, con una sonrisa y ese aire especial de buenahomia o quizás Periclesmania, que se yo. Explorador de culturas, dispuesto a asumir retos, vestido de chino, con chacabana, smoking o poloshirt, o quizás con apariencia  extraterrestre, impregnado de calidez y cercanía, con chistes buenos y otros malos.  Siempre presente en la sala de cine que alimentaba su alma,  con el rostro descifrable  o de yo no fui. Un ser auténtico, con la inocencia de un niño y la picardía de la experiencia.

Cualquier día estaba ataviado con un tangzhuang chino, o con unos lentes que lo convertían en Balaguer (Guste o no . Nadie lo pudo hacer mejor detrás de la cámara con ataúdes dirigiendo una actriz francesa bajo el sol del Caribe (Si, hablaba mucho de su  esencia).  Ese era Pericles., mi Pericles, nuestro Pericles. Si,  porque el cine no era invento de los americanos sino de los franceses. O quizás mejor con sotana consciente de un encierro que nada tiene que ver con Buñuel, o llevándonos de vuelta a los doce años y el crimen de Abel o detrás de la Moviola o al otro lado de la cámara, decidiendo si corta a Angel Muniz o quizás  a Angel Hache (Nunca Maria Castillo que es una prima donna del teatro y grande. Muy grande. Rodeado siempre de ángeles en vida y algún que otro demonio o pensando en Cinematecas desde la Kischner o la Nacional o Dominicana, como le quieran llamar…  Que tiempos aquellos…. Desde Agliberto a Cuchi. En el festival de Silvano y Narpier, la Muestra de Arturo, el Global o el nuevo empuje de  Fine Arts con gasolina de Zumatron.  Con los muchachos de la UASD y luego las demás. Siempre dispuesto  a contribuir y siempre persiguiendo utopías del arte y del cine en especial. Sonando y sembrando cine. Uff el cine. ¿Será mejor que la vida?

Alguna vez junto a Coppola o Friedkin. Ni siquiera Pacino le caía mal. En eso se parecía a Claudio Chea.  Con delirio por Isabelle Huppert, la Deneuve o  bien homenajeando a Jean Louis y  el talento latinoamericano.  De repente en Cannes vendado por una caída en el trayecto,  apoyando a don Elis o a Yvette, pero disfrutando un corderito y dispuesto a ver cine y disfrutar la velada …O mucho mejor , vamos atrás… enamorado de una francesita especial. Si, esa misma que impartía clases de francés, Madame Mejia o la Anne que rememoraba una diva de Godard, que nos ha legado sus frutos. Quien no ama a Marco le decía no a su convocatoria en el Irish Pub? O al hijo que emigró pero siempre reencontramos o la hija cuya pérdida llevo clavada por siempre en su corazón. Era de Truffaut y Varda por igual. De gustos exquisitos y receptivo con los menos agraciados de talento. El Pericles padre, compañero de trabajo, amigo en los mejores momentos y en los más difíciles, el que se transportaba por el Globo y llegaba desde Europa a Oriente, el que nunca vimos en la tarima en su show rockambolesco junto a Milton Pelaez (si creanme, eso sucedió un poco atrás).  Un delirio tan solo imaginarlo. Son tantas las facetas que nunca entenderemos su capacidad de desdoblarse, teletransportarse de un sitio a otro, de estar siempre presente y sobre todo  siempre cercano.

Queda el convencimiento de que era un ser de otro mundo, absolutamente desorbitado y  extraordinario, fuera de lugar pero en el sitio correcto. En las buenas y en las malas, para bien o para mal. Es definitivamente parte de los pioneros y cercano a las nuevas generaciones.  De los que alimentaron un sueño de celuloide cuando no se vislumbraba nada y de los que afortunadamente hoy ven las posibilidades (No… Ganar dinero no era lo suyo. Era la pasión por su oficio). El que te acogía con su simpatía en la Cinemateca donde siempre sabias que estaba, presentaba, recibía a todos con un abrazo, porque siempre fue la cara,  porque supo realmente estar, ser parte  y apoyar. El que estaba junto a los talentos jóvenes como a los que vinieron antes. Algo raro. El ser trascendente, ancestral, insólito, especial, el padre que la nueva generación va a extrañar y que los que vienen habrán de recordar, si las redes lo permiten…. Nunca vi películas en un celular. Ser luminoso y excepcional. Tu humor y tu amor por el cine nunca se extinguirá. Brilla como la estrella que fuiste, sin el aire falso de popularidad, sin poses ni consciente de tu estrellato..

No vienes de esa época que tendremos que afrontar los por ahora sobrevivientes.. Eres y siempre serás tú. El Peri o don Pero, da igual. Gracias por todo. Todos los que compartimos contigo , por siempre te vamos a extrañar. Mil estrellas en el Boulevard del infinito nunca serán suficientes. Pericles Mejia …Desde aqui, la Nada como lo entendias,  esperamos llegue el cariño y el agradecimiento hasta donde quiera que  puedas estar.